4 Orar en Adviento - La oración colecta 20 de diciembre
Oh, Dios de eterna grandeza, ya que la Virgen Inmaculada, por el anuncio del ángel, acogió tu Verbo inefable y, transformada en templo de tu divinidad, se llenó con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, a ejemplo suyo, aceptemos humildemente tu voluntad.
La oración colecta nos invita a dirigir nuestra mirada hacia la Virgen María, quien es modelo perfecto de fe y obediencia. Mediante el anuncio del ángel, ella acepta el plan de Dios para la salvación de la humanidad. Al hacerlo, se convierte en el templo de la divinidad, al recibir al Verbo eterno en su seno.
1. Oh, Dios de eterna grandeza
Comenzamos esta oración reconociendo la grandeza eterna de Dios. Él es el origen de todo, el que da vida a todas las criaturas. Esta alabanza inicial nos recuerda que estamos ante un Dios infinito y trascendente, cuya grandeza no tiene comparación. La grandeza de Dios no solo se muestra en la creación del universo, sino también en el misterio de la Encarnación, cuando, en un acto de humildad, el Hijo de Dios se hizo hombre en el vientre de María.¿
Cómo experimento la grandeza de Dios en mi vida cotidiana?
Hoy, al meditar sobre Su grandeza, podemos tomar un momento para agradecer por las maravillas que Él ha hecho en nosotros y en el mundo que nos rodea.
2. Ya que la Virgen Inmaculada, por el anuncio del ángel, acogió tu Verbo inefable
Nos trae al recuerdo el momento decisivo de la Anunciación (Lc 1, 26-38) cuando el ángel Gabriel le anunció a María que sería la Madre del Salvador. La Virgen Inmaculada, (que celebrábamos el 8!de diciembre) preservada del pecado original, acogió con fe y humildad la palabra de Dios. El Verbo inefable (el Hijo de Dios) se hizo carne en su seno, y en ella, Dios comenzó a habitar entre los hombres.
¿Cómo recibimos nosotros la palabra de Dios?
Como María, estamos llamados a acogerla en nuestros corazones, a escucharla con humildad y a permitir que transforme nuestras vidas. ¿Estoy dispuesto a decir "sí" a Dios, como lo hizo María, aunque no siempre entienda completamente Su voluntad?
3. Y, transformada en templo de tu divinidad, se llenó con la luz del Espíritu Santo"
María, al aceptar el anuncio del ángel, fue transformada en el lugar donde habitó la divinidad. Su cuerpo y su corazón se convirtieron en el templo de Dios, el arca de la nueva Alianza y fue llenada con la luz del Espíritu Santo. Al acoger a Cristo, la Virgen María no solo se convierte en la Madre de Jesús, sino también en el modelo de la Iglesia. Ella es la primera discípula que recibe al Espíritu Santo y lo acoge con todo su ser.
Este es un llamado para cada uno de nosotros: ¿Estamos permitiendo que el Espíritu Santo nos transforme? María, al ser el templo de la divinidad, nos invita a ser también templo del Espíritu. ¿Qué partes de nuestra vida necesitan ser transformadas por la luz del Espíritu? ¿Estamos abiertos a dejar que Dios nos llene de Su gracia y nos transforme como lo hizo con María?
4. Concédenos que, a ejemplo suyo, aceptemos humildemente tu voluntad
La oración concluye con un pedido: que sigamos el ejemplo de humildad y obediencia de María. Ella aceptó la voluntad de Dios sin reservas, reconociendo que, aunque no entendía completamente el plan, confiaba en Su sabiduría y amor. Esta es una actitud difícil pero esencial para el cristiano: aceptar con humildad lo que Dios pide de nosotros, incluso cuando no lo comprendemos completamente.
¿Estamos dispuestos a aceptar la voluntad de Dios, aunque no siempre sea lo que nosotros esperábamos? El Adviento es un tiempo para aprender a dejar que Dios dirija nuestra vida, confiando en que Su plan es el mejor, incluso cuando no lo vemos claramente. Al igual que María, podemos aprender a decir con confianza: "Hágase en mí según tu palabra".
Reflexión para la oración personal:
Hoy, al rezar esta oración, te invito a que medites sobre lo siguiente:
1. Reconocer la grandeza de Dios. ¿De qué maneras puedes estar más consciente de la grandeza de Dios en tu vida diaria? Tómate un momento para agradecer y alabar a Dios por Su presencia en tu vida.
2. Acoje la palabra de Dios en tu corazón. María aceptó con fe la palabra del ángel. ¿Cómo estás tú recibiendo la palabra de Dios? Tal vez hoy puedas leer un pasaje de las Escrituras y meditar sobre cómo esa palabra puede transformar tu vida.
3. Deja que el Espíritu Santo te transforme. Hoy, María nos invita a ser templo de la divinidad. ¿Qué áreas de tu vida necesitas entregar al Espíritu Santo para que las transforme? Abre tu corazón a Su luz y permite que Él te purifique.
4. Sigue el ejemplo de humildad de María. Como María, estamos llamados a aceptar la voluntad de Dios con humildad. ¿Estás dispuesto a poner de lado tus propios planes y deseos para seguir los de Dios?
La oración de hoy nos invita a seguir el ejemplo de la Virgen María, quien con humildad y obediencia aceptó la voluntad de Dios y permitió que Su Verbo habitará en ella. Que en este Adviento, aprendamos a abrir nuestros corazones a la luz del Espíritu Santo y a vivir con la misma disposición que María. Amén.
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