11 Orar con la oración colecta de la misa de vigilia de la Natividad
"Oh, Dios, que cada año nos alegras con la esperanza de nuestra redención, concede a quienes acogemos gozosos a tu Unigénito, Jesucristo Señor nuestro, como Redentor, poder contemplarle sin temor cuando venga también como Juez." (Oración colecta de la Misa de la Vigilia de la Solemnidad de la Natividad del Señor)
1. La estructura de la oración
La oración colecta se divide en tres partes que guían nuestra meditación:
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Alabanza inicial a Dios: Reconocemos que Él es el origen de nuestra alegría y esperanza.
- "Oh, Dios, que cada año nos alegras con la esperanza de nuestra redención."
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Súplica confiada: Pedimos la gracia de recibir a Cristo con alegría.
- "Concede a quienes acogemos gozosos a tu Unigénito, Jesucristo Señor nuestro, como Redentor."
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Orientación escatológica: Expresamos nuestro deseo de estar preparados para su segunda venida.
- "Poder contemplarle sin temor cuando venga también como Juez."
2. El misterio de Cristo
La oración nos sitúa en el corazón del misterio de la Navidad: Cristo, que vino como Salvador, se encarna en nuestra historia, y volverá al final de los tiempos como Juez glorioso.
Cristo, origen de nuestra alegría y esperanza
Cada año, al celebrar la Navidad, Dios renueva en nosotros la esperanza de la redención. Esta no es una simple tradición, sino una certeza: Él ya ha cumplido sus promesas al enviarnos a su Hijo, y sigue actuando en nuestra vida.
Para la oración:
- Detente un momento a reflexionar sobre cómo Cristo ha sido fuente de alegría y esperanza en tu vida.
- Agradece a Dios por las ocasiones en las que su presencia te ha sostenido en momentos de dificultad.
Cristo, el Redentor acogido con gozo
Recibir a Jesús no es solo un gesto externo, sino una apertura interior al Salvador que quiere transformarnos. La verdadera acogida requiere fe, humildad y alegría.
Para la oración:
- Examina cómo estás acogiendo a Jesús en este tiempo de Navidad. ¿Qué espacios de tu vida necesitan más de su luz?
- Pide la gracia de recibirlo no solo como el Niño en el pesebre, sino como el Redentor que transforma tu corazón.
Cristo, el Juez que viene
La colecta nos recuerda que Jesús, que vino humildemente, volverá glorioso. Pero su juicio no debe llenarnos de miedo si lo hemos recibido ya como Redentor.
Para la oración:
- Confía en la misericordia de Cristo. Pide la gracia de vivir cada día preparado para su encuentro, con paz y esperanza.
- Reflexiona: ¿Hay algo en tu vida que necesite ser transformado para estar más preparado para su venida?
3. Unidos a la Iglesia que ora
Esta oración no es solo personal, sino comunitaria. En ella nos unimos a la Iglesia entera, que celebra con alegría el nacimiento de Cristo y aguarda su retorno glorioso.
Para la oración:
- Al rezar esta colecta, hazlo con la conciencia de que formas parte de un pueblo redimido.
- Pide por las necesidades de la Iglesia y del mundo, especialmente por quienes necesitan recuperar la esperanza.
4. Llevar esta oración a la vida
Alegrarte con la esperanza de la redención
- Encuentra motivos para alegrarte cada día, sabiendo que Dios está presente en tu vida.
- Vive la Navidad como una renovación de tu confianza en el amor fiel de Dios.
Acoger a Cristo con gozo
- Haz un acto concreto para abrir tu corazón a Cristo: un momento de oración, un gesto de caridad, o una reconciliación pendiente.
- Recuerda que recibir a Jesús implica dejar que transforme tu vida desde dentro.
Vivir sin temor al juicio
- Haz un examen de conciencia sereno y confía en la misericordia del Señor.
- Vive cada día como una preparación para contemplar a Cristo cara a cara.
5. Fruto de la oración: vivir la Navidad con confianza y alegría
Esta oración colecta nos invita a celebrar la Navidad con un corazón lleno de esperanza, sabiendo que Cristo ya ha venido para salvarnos y que volverá para llevarnos a la plenitud.
Concluyamos repitiendo lentamente esta colecta, dejando que cada palabra resuene en nuestro corazón:
"Oh, Dios, que cada año nos alegras con la esperanza de nuestra redención, concede a quienes acogemos gozosos a tu Unigénito, Jesucristo Señor nuestro, como Redentor, poder contemplarle sin temor cuando venga también como Juez."
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