Semana Santa: 7.2 Misa del dia en el Domingo de la Pascua de la Resurrección del Señor
7.2 MISA DEL DÍA
La Misa del Día aparece en Roma en el momento en que la Vigilia Pascual se celebra en la mañana del sábado. San León Magno, en sus escritos, solo menciona la predicación en la noche santa. El Gelasius Vetus ya hablaba de una segunda Misa de Pascua bajo el título Dominicum Paschæ (nn. 463-467). En el Misal de 1570, esta Misa es denominada Dies resurrectionis dominicæ. Con el tiempo, esta celebración fue reconocida como un aspecto parcial del Misterio Pascual.
La reforma de Pío XII ha recuperado la unidad de estas dos celebraciones: la Vigilia y la Misa del Día, pues la segunda es una prolongación de la primera. Así como toda la Octava de Pascua es una actualización del acontecimiento de la Resurrección, la Misa del Día también extiende el misterio de la Resurrección de Cristo.
La eucología (oraciones) de este domingo profundiza en el Misterio Pascual como victoria sobre la muerte, como el sacrificio del que renace y se alimenta la Iglesia, para así alcanzar la gloria de la resurrección.
Liturgia de la Palabra: La primera lectura (Hechos 10, 34a. 37-43) ofrece el testimonio kerigmático de Pedro: "Lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse... Hemos comido y bebido con Él después de su resurrección de entre los muertos. Nos encargó predicar al pueblo". Durante toda la Pascua, la primera lectura estará tomada principalmente del Libro de los Hechos, sin incluir textos del Antiguo Testamento.
La respuesta a esta lectura es el Salmo 117 (1-2. 16-17. 22-23) con el versículo 24, que expresa la alegría de la Resurrección: "Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo".
Como segunda lectura, se nos proponen dos textos del apóstol San Pablo: uno de la carta a los Colosenses (3, 1-4): "Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo"; y otro de la primera carta a los Corintios (5, 6b-8): "Barred la levadura vieja para ser una masa nueva".
Al igual que en otras solemnidades, la liturgia introduce una secuencia: la antigua Victimæ Paschali laudes, atribuida a Wipo (+ c. 1050), que es un precioso testimonio de la resurrección. Esta secuencia es obligatoria en el día de la Vigilia Pascual y opcional durante los días de la Octava de Pascua.
El culmen de la Liturgia de la Palabra se alcanza con el Evangelio según San Juan (20, 1-9), que narra cómo Pedro y el discípulo amado entran al sepulcro, ven y creen que Él ha resucitado de entre los muertos. El leccionario permite proclamar este evangelio también durante la Vigilia Pascual, e incluso para la Misa vespertina, el evangelio de los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-35).
Para preparar los textos de la Liturgia de la Palabra:
http://textosparalaliturgia.blogspot.com/2017/03/leccionario-i-domingo-de-pascua-de-la.html
Para preparar la celebración:
http://textosparalaliturgia.blogspot.com/2017/04/misal-romano-tercera-edicion-domingo-de_5.html
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