64 - Traición de Judas y el inicio de la Pascua de Jesús con sus discípulos, señala al traidor (Mt 26, 14-25)
DÍA 64
1. Invoca al Espíritu Santo
2. La Palabra de Dios
Traición de Judas y el inicio de la Pascua de Jesús con sus discípulos, señala al traidor (Mt 26, 14-25)
14 Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes 15 y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?». Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata.
16 Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
17 El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?».
18 Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
19 Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
20 Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 21 Mientras comían dijo: «En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar».
22 Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?».
23 Él respondió: «El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. 24 El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».
25 Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?». Él respondió: «Tú lo has dicho».
3. La Palabra ilumina
Quien desee meditar piadosamente sobre la pasión de Jesucristo, lo primero que tiene que hacer es contemplar la perfidia del traidor.
Estaba lleno de tanto veneno, de fraude, que traicionó a su Maestro y Señor; encendido por tal llama de codicia, que vendió por dinero al Dios óptimo, por vil moneda la preciosísima sangre de Cristo; fue tanta su ingratitud que persiguió a muerte a quien le había nombrado criado administrador, a quien le había elevado al excelso grado de apóstol; fue tanta su crueldad que no le disuadieron de su pérfida maquinación ni la familiaridad de la cena ni la humildad del lavatorio ni siquiera el coloquio suave. iOh excesiva bondad del Maestro con el duro discípulo, y del piadoso Amo con el siervo más que malvado. Es cierto, hubiera sido mucho mejor para él no haber nacido (Mt 26,24).
Ahora bien, aunque no se explique la impiedad del traidor, nos sorprende infinitamente más la dulcísima bondad del Cordero de Dios. Se da como modelo a los mortales. El débil corazón humano, traicionado por la amistad, ya no podrá decir: «Si mi enemigo me injuriase, lo aguantaría» (Sal 54,13), ya que el hombre de las confidencias únicas, el hombre que parecía uno con el ánimo del Maestro, su consejero y su íntimo, el hombre que probó el pan de Cristo, el hombre que en la santa cena comió con Él los suaves alimentos, levantó sobre Él el golpe de la iniquidad. Y, a pesar de todo eso, el bondadosísimo Cordero sin fraude no dudó en darse a la muy maliciosa boca, a la boca que le besó en la hora de la traición. Y le comunicó el no negarle nada, para darle todo lo que hubiera podido enternecer la pertinacia de un corazón malo. (Buenaventura de Bagnoregio)
4. Dialoga con el Señor
¿Cuáles son mis traiciones al Señor? Quizás no son grandes...son "pequeñas" pero acaban traicionando de manera sutil o bajo capa de bien al Señor.
Te pido Señor que me des el don de fortaleza para no sucumbir a esas tentaciones de traicionarte.
Dios te bendiga.
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