Bendición del Árbol de navidad.
Bendición del árbol de navidad
Las
cosas, los objetos, podemos bendecirlos, es decir agradecer y dedicar a Dios.
Hay bendiciones propias de los obispos, otras de los sacerdotes o diáconos y
también hay bendiciones que los fieles laicos, ejerciendo su condición de
sacerdotes por el bautismo también pueden realizar, una de ellas es la
bendición del árbol de Navidad que podemos hace en estos días:
1272. La costumbre
de colocar en los hogares cristianos un árbol adornado, durante las fiestas de
Navidad, es recomendable, ya que este árbol puede recordar a los fieles que
Cristo, nacido por nosotros en Belén, es el verdadero Árbol de la vida, Árbol
del que fue separado el hombre a causa del pecado de Adán.
1273. Conviene,
pues, invitar a los fieles a que vean en este árbol, lleno de luz, a Cristo luz
del mundo, que con su Nacimiento nos conduce a Dios que habita en una Luz
inaccesible.
1274. La bendición
de este árbol la hará, ordinariamente, el padre o la madre al iniciarse las fiestas
de Navidad y en ella conviene que participen todos los miembros de la familia.
1275. El ministro,
al comenzar la celebración, dice:
Nuestro auxilio
es el nombre del Señor.
Todos
responden:
Que hizo el
cielo y la tierra.
1276. Uno de los
presentes, o el mismo ministro, lee un breve texto de la sagrada Escritura, por
ejemplo: Is 60,
13: Vendrá a ti,
Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para
adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estado.
1277. Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, con las manos extendidas, si es laico, con las manos juntas, dice la oración de bendición:
Oremos
Bendito seas, Señor y Padre nuestro,
que nos concedes recordar con fe
en estos días de Navidad
los misterios del Nacimiento de Jesucristo.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol
y lo hemos embellecido con luces,
vivir también a la luz
de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo
y ser enriquecidos con las virtudes
que resplandecen en su santa infancia.
Gloria a él por los siglos de los siglos.
Amén.
1278. Según las circunstancias, el ministro rocía
con agua bendita a los presentes y el árbol.
Se puede cantar un villancico. Hay un villancico de la tradición inglés que podemos cantar:
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