23. Orar con la liturgia: Oración colecta II domingo del Tiempo Ordinario
1. Invocación inicial
Nos ponemos en presencia de Dios, abriendo nuestro corazón para meditar en su Palabra. Invoquemos al Espíritu Santo:
"Ven, Espíritu Santo, ilumina nuestro entendimiento y llénanos de tu paz para escuchar lo que quieres decirnos hoy."
2. Escucha y meditación de la oración colecta
Leamos lentamente la oración colecta:
Dios todopoderoso y eterno,
que gobiernas a un tiempo cielo y tierra,
escucha compasivo la oración de tu pueblo,
y concede tu paz a nuestros días.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Puntos para meditar:
-
"Dios todopoderoso y eterno"
Esta invocación nos recuerda la grandeza de Dios: su omnipotencia y su eternidad. Él es el creador y sustentador de todo lo que existe. Es una invitación a adorarle con confianza, sabiendo que no hay límites para su poder. -
"Que gobiernas a un tiempo cielo y tierra"
Dios no es un rey distante. Él gobierna tanto lo celestial como lo terrenal. Reflexionemos sobre su providencia: aunque no siempre comprendamos sus caminos, Él tiene un plan de amor para el universo y para nuestras vidas. -
"Escucha compasivo la oración de tu pueblo"
Este versículo revela el corazón de Dios: compasivo y atento a nuestras necesidades. Pensemos en nuestra confianza al orar: ¿nos acercamos a Él como hijos que confían en el amor de su Padre? -
"Y concede tu paz a nuestros días"
La paz de Dios no es solo ausencia de conflicto, sino plenitud, justicia y armonía. Reflexionemos sobre nuestras vidas: ¿dónde necesitamos la paz de Dios? ¿Cómo podemos ser instrumentos de su paz en el mundo?
3. Oración personal
Tomemos un momento para dialogar con Dios a partir de nuestra reflexión:
- Adoración: "Dios todopoderoso y eterno, te alabo porque gobiernas con amor cielo y tierra."
- Acción de gracias: "Gracias porque escuchas con compasión mis oraciones y caminas conmigo en la vida diaria."
- Petición: "Señor, te pido tu paz en mis días, en mi familia, en mi comunidad y en el mundo. Hazme portador de tu paz."
4. Contemplación
Imagina a Dios sentado en su trono celestial, pero inclinado hacia ti, escuchando tu oración con compasión. Siente la paz que emana de su presencia, una paz que llena cada rincón de tu ser. Escucha cómo te dice:
"No temas, yo soy tu paz."
Permanece en silencio, dejando que esa paz transforme tu corazón.
5. Compromiso
¿Cómo puedes ser un portador de la paz de Dios esta semana? Algunas sugerencias:
- Buscar reconciliación con alguien con quien estés en conflicto.
- Dedicar un tiempo especial para orar por la paz en el mundo.
- Practicar actos concretos de bondad que reflejen el amor de Dios.
Concluyamos repitiendo la oración colecta con un corazón abierto y confiado:
"Dios todopoderoso y eterno, escucha compasivo nuestra oración y concede tu paz a nuestros días. Amén."
Comentarios
Publicar un comentario