Decenario al Espíritu Santo: Sexto día

 Decenario al Espíritu Santo: Sexto día

Oración inicial

¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, dime que debo hacer, ordéname.

Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.

Meditación 

Estas tres virtudes teologales, la Fe, la Esperanza y la Caridad, son las virtudes de la oración, las que nos ponen en contacto con Él. Por la Fe lo miramos, aunque sea a través de las sombras; por la Esperanza nos apoyamos en su brazo fortísimo; por la Caridad, lo introducimos en nuestro propio corazón y nos adherimos a Él de una manera inefable. 

El mundo que contemplan nuestros ojos, este mundo cuyas distancias parecen desaparecer y unirse por la rapidez prodigiosa de los vehículos modernos; este mundo que contiene tantas maravillas, tantas riquezas en su seno, tantas hermosuras en su superficie, no es nada en comparación de ese mundo sobrenatural y divino por donde la oración nos va introduciendo lentamente, para que contemplemos poco a poco las maravillas celestiales y divinas. En la oración, como en todo, la Caridad es la coordinadora, es la virtud reina; ella es la que mira en la Fe, la que dirige a la Esperanza, la que mueve nuestras facultades, la que pone en movimiento todo nuestro ser y pone en nosotros actividades armoniosas para que aprendamos el trato divino con nuestro Señor. Es un trato que nace del amor, que se mantiene de luz, que se funda en la Esperanza; es un trato que se consuma en la Caridad.

Que el Espíritu divino nos atraiga, que el Espíritu divino nos enseñe esta ciencia divina de la oración, para que sepamos tratar con Dios, y en ese trato amoroso e íntimo encontremos la paz en la tierra y preparemos la felicidad en el cielo.

Letanías al Espíritu Santo

Señor ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.
Espíritu que llenas el universo, ven a nosotros
Espíritu de adopción de los hijos de Dios, ven a nosotros
Espíritu Santo imprime en nosotros el horror al pecado, te rogamos, óyenos.
Espíritu Santo ven a renovar la faz de la tierra, te rogamos, óyenos..

Oración al Espíritu Santo

¡Ven oh Santo Espíritu!, llena los
corazones de tus fieles y
enciende en ellos el fuego de
tu amor.
V/. Envía tu Espíritu y serán
creados.
R/. Y renovarás la faz de la
tierra.

(Oración al Espíritu Santo)

Oración conclusiva

¡Espíritu divino! Por los méritos de Jesucristo, te suplicamos vengas a nuestros corazones y nos comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminados y confortados por ellos, vivamos según tu voluntad, y muriendo entregados a tu amor, merezcamos cantar eternamente tus infinitas misericordias. Amén.

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