La celebración de la solemnidad de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos, lejos de ser simples tradiciones, tienen un profundo sentido teológico y litúrgico para la vida cristiana. Estas festividades no solo nos llaman a reflexionar sobre nuestra propia finitud y esperanza en la vida eterna, sino que nos invitan a reconocer la comunión de los santos y el vínculo de amor que nos une con nuestros hermanos fallecidos. Para los católicos, estas fechas son una oportunidad de crecimiento en la fe y de arraigo en las enseñanzas de la Iglesia. 1. Comunión de los santos y santidad como vocación universal La solemnidad de Todos los Santos nos recuerda la comunión de los santos, aquella realidad espiritual en la que todos los miembros de la Iglesia —triunfante, purgante y militante— están unidos en Cristo. El Catecismo de la Iglesia Católica subraya esta verdad al decir: " La comunión de los santos es precisamente la Iglesia" (CIC, 946). Celebrar a todos los santos...
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