Decenario al Espíritu Santo: Día Sexto


Día Sexto


Oración inicial para todos los días

Ante tu presencia postrado, ¡Soberano Espíritu de paz, de reconciliación y de todo consuelo!, humildemente te pido perdón de mis pecados, y la gracia de un verdadero arrepentimiento. Dones especiales de tu misericordia son la luz para bien conocer y discernir; la llama del alma para detestarlas; el firme propósito actual para nunca más volver a cometerlas; la fortaleza y perseverancia para el cumplimiento de tal resolución hasta el fin de la vida.

Concédeme, Espíritu divino, también el fervor y devoción para vivir dando gloria a Dios para mi bien y el bien de la Iglesia. Amén.

Palabra de Dios

Pero si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen estas cosas no heredarán el reino de Dios.

En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley.

Y los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y los deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.

Gal 5, 18-25


Texto

Además de los Dones del Espíritu Santo, están los frutos del Espíritu Santo, que son como el resultado práctico de dichos Dones. Según la doctrina de San Pablo, son doce y se enumeran por el orden siguiente: Caridad, Gozo, Paz, Paciencia, Longanimidad, Bondad, Benignidad, Mansedumbre, Fe, Modestia, Continencia y Castidad.

Los tres primeros frutos del Espíritu son:

La "Caridad" es el amor sobrenatural a Dios y a nuestros hermanos, y es como la raíz y alma de toda otra virtud y obra buena.

El "Gozo" es la interior consolación que sienten los justos en el divino servicio, como anticipada recompensa de él.

La "Paz" es el dominio y señorío del hombre espiritual sobre sus apetitos y pasiones.

Oración

 Ven, Espíritu Creador, 
visita las almas de tus fíeles 
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.

Tú eres nuestro Consolador, 
don de Dios Altísimo, 
fuente viva, fuego, 
caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; 
Tú, el dedo de la mano de Dios; 
Tú, el prometido del Padre; 
Tú, que pones en nuestros labios 
los tesoros de tu palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos; 
infunde tu amor en nuestros corazones; 

y, con tu perpetuo auxilio, 
fortalece nuestra débil carne,
aleja de nosotros al enemigo, 
danos pronto la paz, 
sé Tú mismo nuestro guía, 
y puestos bajo tu dirección,
evitaremos todo lo nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre, 
y también al Hijo; 
y que en Ti, 
Espíritu de entrambos, 
creamos en todo tiempo.,

Gloria a Dios Padre, 
y al Hijo que resucitó, 
y al Espíritu Consolador, 
por los siglos infinitos.

Amén.


(Oración de san Juan Pablo II al Espíritu Santo)


Invocaciones

Espíritu  Santo  imprime en  nosotros el  horror al pecado, te rogamos óyenos.

Espíritu  Santo ven a renovar la faz de la tierra…

Espíritu  Santo derrama tus luces en nuestra inteligencia…

Espíritu  Santo graba tu ley en nuestros corazones...

Espíritu  Santo  abrásanos en el fuego de tu amor…

Espíritu  Santo  ábrenos el  tesoro de tus gracias…Espíritu  Santo enséñanos a orar como se debe…

Espíritu  Santo ilumínanos con tus inspiraciones celestiales…

Espíritu  Santo  concédenos la única ciencia necesaria…

Espíritu  Santo inspíranos la práctica de las virtudes…

Espíritu  Santo  haz  que perseveremos en tu justicia…

Espíritu  Santo se tu mismo nuestra recompensa…

Oración conclusiva

¡Espíritu divino! Por los méritos de Jesucristo, te suplicamos vengas a nuestros corazones y nos comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminados y confortados por ellos, vivamos según tu voluntad, y muriendo entregados a tu amor, merezcamos cantar eternamente tus infinitas misericordias. Amén.

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