Decenario al Espíritu Sano: Primer día.

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DÍA PRIMERO

Oración inicial para todos los días

Ante tu presencia postrado, ¡Soberano Espíritu de paz, de reconciliación y de todo consuelo!, humildemente te pido perdón de mis pecados, y la gracia de un verdadero arrepentimiento. Dones especiales de tu misericordia son la luz para bien conocer y discernir; la llama del alma para detestarlas; el firme propósito actual para nunca más volver a cometerlas; la fortaleza y perseverancia para el cumplimiento de tal resolución hasta el fin de la vida.

Concédeme, Espíritu divino, también el fervor y devoción para vivir dando gloria a Dios para mi bien y el bien de la Iglesia. Amén.

Palabra de Dios

Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

Jn 15, 26-27

Texto

Es el dogma del Espíritu Santo uno de los fundamentales en nuestra fe católica, sin cuya creencia y explícita profesión no puede salvarse el adulto, pues pertenece al número de las verdades que se llaman “de necesidad de medio”.

Por este dogma estamos obligados a creer y a profesar que el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, igual al Padre y al Hijo, de quienes procede por amor, y con quienes constituye indivisible unidad de divina Naturaleza.

 

Oración


Ven Espíritu Divino,

manda tu luz desde el cielo,

Padre amoroso del pobre;

don en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;

fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,

divina luz y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre

si Tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado

cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde

calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones

según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.


(Secuencia antes del Evangelio en la Solemnidad de Pentecostés)

Invocaciones

Espíritu  Santo  imprime en  nosotros el  horror al pecado, te rogamos óyenos.

Espíritu  Santo ven a renovar la faz de la tierra…

Espíritu  Santo derrama tus luces en nuestra inteligencia…

Espíritu  Santo graba tu ley en nuestros corazones...

Espíritu  Santo  abrásanos en el fuego de tu amor…

Espíritu  Santo  ábrenos el  tesoro de tus gracias…Espíritu  Santo enséñanos a orar como se debe…

Espíritu  Santo ilumínanos con tus inspiraciones celestiales…

Espíritu  Santo  concédenos la única ciencia necesaria…

Espíritu  Santo inspíranos la práctica de las virtudes…

Espíritu  Santo  haz  que perseveremos en tu justicia…

Espíritu  Santo se tu mismo nuestra recompensa…

Oración conclusiva

¡Espíritu divino! Por los méritos de Jesucristo, te suplicamos vengas a nuestros corazones y nos comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminados y confortados por ellos, vivamos según tu voluntad, y muriendo entregados a tu amor, merezcamos cantar eternamente tus infinitas misericordias. Amén.


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