18 de Diciembre - Nuestra Señora d ella Esperanza
Nuestra Señora de la O: la Expectación de María. La Esperanza de María.
El 18 de diciembre, cuando el Adviento entra en su tramo final, la Iglesia celebra una advocación mariana de hondas raíces litúrgicas: Nuestra Señora de la O, también llamada la Expectación del Parto de la Santísima Virgen María o Nuestra Señora de la Esperanza. Esta fiesta se sitúa exactamente siete días antes del nacimiento de Jesucristo (celebrado el 25 de diciembre) y nos invita a contemplar a María en la espera inmediata del Hijo de Dios.
Siete días antes de Navidad: el tiempo de la Expectación
Que esta solemnidad se celebre a una semana de la Natividad no es un detalle secundario: señala el umbral de la Navidad, cuando la promesa está ya presente, aunque aún velada. María encarna entonces la fe que confía, la esperanza que sostiene y el silencio que custodia el misterio.
- Fe: Dios cumple lo que promete.
- Esperanza: la salvación está ya cerca.
- Amor: el Redentor es acogido y guardado en el corazón y en el seno de la Virgen.
¿Por qué se llama “Nuestra Señora de la O”?
El nombre popular procede de la liturgia: del 17 al 23 de diciembre se cantan en Vísperas las Antífonas Mayores, que comienzan con la exclamación “¡Oh!” (O Sapientia, O Adonai, O Radix Jesse, O Emmanuel…). Esa “O” es un clamor de deseo por la venida del Mesías. Con el paso del tiempo, esta exclamación quedó asociada de modo especial a María en los días finales de su embarazo: la Virgen que espera, y la Iglesia que suplica.
Raíces antiguas: la solemnidad en la liturgia hispano-mozárabe
En la tradición de Hispania, esta celebración alcanzó especial relieve. La Iglesia hispánica la fijó con carácter solemne en torno al 18 de diciembre, subrayando la maternidad divina de María en los días inmediatamente anteriores a la Navidad. En el rito hispano-mozárabe recibe el nombre de Solemnidad de Santa María y sus textos proclaman con fuerza el misterio de Cristo ya presente en el seno de la Virgen: una espera llena de alabanza, contenida alegría y fe vigilante.
Nuestra Señora de la Esperanza
Por eso también se la invoca como Virgen de la Esperanza. En María, la esperanza no es una idea: es vida, es el Emmanuel que ya viene. Ella acompaña a quienes esperan en la noche, sosteniendo el corazón para que la Navidad no sea solo una fecha, sino un encuentro con Cristo.
Ycon toda la Iglesia, en estos días santos, miramos a Santa María, que lleva en su seno al Salvador y guarda en silencio el misterio. Unidos a su esperanza, aclamamos:
¡Oh Santa María,
Virgen que esperas al Señor,
guárdanos en la fe
y condúcenos al nacimiento de Cristo,
luz y salvación del mundo!

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