Dilexit te, una lectura
“Dilexi te” — El amor de Cristo hacia los pobres
Exhortación Apostólica del Papa León XIV (4 de octubre de 2025)
«Cuando la Iglesia se arrodilla junto al pobre, se levanta más fiel al Evangelio.»
— Papa León XIV, Dilexi te, n. 62
1. Introducción
El 4 de octubre de 2025, fiesta de San Francisco de Asís, el Papa León XIV publicó su primera exhortación apostólica, titulada Dilexi te (“Te he amado”). Estas palabras, tomadas del Apocalipsis (3,9), expresan la voz de Cristo dirigida a una comunidad pobre y despreciada, pero profundamente amada por Él.
León XIV retoma el proyecto iniciado por el Papa Francisco, sobre el amor de Cristo hacia los pobres y el llamado a una Iglesia que viva con ellos y para ellos. Como escribe el Papa:
“También yo considero necesario insistir sobre este camino de santificación, porque en el llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo.”
(Dilexi te, n. 3)
2. Contexto y sentido
La exhortación continúa la encíclica Dilexit nos, en la que Francisco meditó sobre el amor divino del Corazón de Cristo. León XIV asume ese legado y lo concreta en un camino eclesial: el amor al pobre como prueba de autenticidad de la fe.
El Papa explica:
“El afecto por el Señor se une al afecto por los pobres. Aquel Jesús que dice: ‘A los pobres los tendrán siempre con ustedes’ expresa el mismo concepto que cuando promete: ‘Yo estaré siempre con ustedes’.”El amor a Cristo y el amor a los pobres son inseparables. No se trata de beneficencia, sino de revelación: en los pobres, Dios sigue teniendo algo que decirnos.
(Dilexi te, n. 5)
3. El amor de Dios que desciende
El Papa recuerda que el mismo misterio de la Encarnación es un acto de humildad:
“Dios se hizo pobre, nació en carne como nosotros, en la pequeñez de un niño colocado en un pesebre y en la extrema humillación de la cruz.”
(Dilexi te, n. 16)
La opción por los pobres es, entonces, el estilo de Dios: Él baja, escucha el grito del oprimido y lo levanta. Jesús, el “Mesías pobre y de los pobres”, muestra que la salvación pasa por la debilidad compartida y la solidaridad.
4. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo
Citando la Primera Carta de Juan, el Papa recuerda:
“¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?”El amor a los pobres no es un añadido a la fe, sino su verificación. Las obras de misericordia son signo del culto auténtico, porque el encuentro con Dios nos transforma en amor concreto.
(1 Jn 4,20)
“No se puede rezar ni ofrecer sacrificios mientras se oprime a los más débiles.”
(Dilexi te, n. 17)
5. La Iglesia pobre y servidora
León XIV retoma el deseo de su predecesor:
“¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!”La Iglesia no puede predicar a Cristo sin compartir su pobreza. San Lorenzo lo expresó mostrando a los necesitados:
(Dilexi te, n. 35)
“Estos son los tesoros de la Iglesia.”Y san Juan Crisóstomo nos enseña:
(Dilexi te, n. 38)
“¿Quieres honrar el Cuerpo de Cristo? No lo descuides en los pobres que no tienen qué vestir.”
(Dilexi te, n. 41)
La caridad, entonces, no es una vía opcional: es el criterio del verdadero culto cristiano.
6. Los pobres evangelizan
Los pobres no son sólo destinatarios de la caridad, sino maestros del Evangelio. Con su esperanza y su paciencia nos recuerdan lo esencial.
“Los pobres representan un grito que interpela nuestra vida, nuestras sociedades y a la Iglesia.”Cuando la Iglesia se acerca al pobre, no sólo lo ayuda: se deja evangelizar por él.
(Dilexi te, n. 9)
7. Conclusión: Amar sin medida
En sus páginas finales, Dilexi te se convierte en una llamada a la conversión del corazón. El Papa nos invita a superar la indiferencia y a vivir un amor que no calcula.
“Cuando la Iglesia se arrodilla junto al pobre, se levanta más fiel al Evangelio.”Ser cristiano es amar sin medida, con gestos pequeños pero constantes: escuchar, compartir, acompañar, servir. Amar a los pobres no es una obligación, sino una respuesta al amor primero de Dios.
(Dilexi te, n. 62)
“Amar a los pobres es entrar en el corazón mismo de Cristo; y allí donde se los ama, el Evangelio vuelve a florecer.”
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