59. Orar con la liturgia: oración colecta del Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario

Este domingo 12 de octubre se celebra el Domingo XXVIII. Por razones pastorales se podría celebrar la Bienaventurada Virgen María del Pilar.

Aquí propongo la oración mistagogica de la oración colecta del domingo del XXVIII tiempo ordinario.

Oración colecta:
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe,
y nos sostenga continuamente en las buenas obras.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Introducción

Esta colecta nos invita a reconocer que la vida cristiana es, ante todo, una obra de la gracia de Dios. Ningún bien comienza ni perdura sin su acción amorosa. Por eso pedimos que su gracia nos preceda, nos acompañe y nos sostenga: tres movimientos que expresan todo el camino espiritual del creyente.

La gracia nos precede, porque es Dios quien toma la iniciativa, quien nos llama y mueve el corazón antes de que pensemos en Él. Nos acompaña, porque su presencia nunca nos deja solos en el esfuerzo por hacer el bien. Y nos sostiene, porque sin su ayuda constante, incluso las mejores obras se marchitan.

Esta oración nos enseña la humildad del discípulo que sabe que todo bien comienza, crece y se mantiene por el impulso amoroso del Espíritu. Vivir bajo la gracia es dejarse guiar y sostener, reconociendo que toda nuestra vida buena es don y respuesta.

1. Invocación inicial

Señor, fuente de toda gracia,
ven a mi encuentro antes de mis pasos,
camina conmigo en mis luchas
y sosténme en el bien que tu amor ha comenzado.
Haz que tu gracia me preceda, me acompañe
y me dé fuerza para obrar siempre según tu voluntad.
Amén.

2. Escucha y meditación de la oración colecta

“Te pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda…”
La gracia de Dios siempre llega primero. Él es quien nos busca, quien enciende el deseo del bien, quien despierta la fe. Nada verdaderamente santo nace solo de la voluntad humana. Por eso la oración comienza pidiendo que su gracia nos anticipe, que prepare el terreno de nuestro corazón.

  • ¿Reconozco que es Dios quien toma la iniciativa en mi vida?

  • ¿Permito que su gracia me despierte antes que mi propio esfuerzo?

“…y nos acompañe…”
Dios no se limita a iniciar su obra: camina a nuestro lado. Su gracia se hace presencia constante, guía y consuelo en medio de las pruebas. Saber que la gracia acompaña es descubrir que nunca estamos solos en la fidelidad.

  • ¿Vivo mis días con la conciencia de que Dios me acompaña en cada paso?

  • ¿Busco esa compañía en la oración, los sacramentos y la caridad?

“…y nos sostenga continuamente en las buenas obras.”
Toda obra buena necesita perseverancia, y solo la gracia puede mantenerla viva. Pedimos no solo comenzar bien, sino continuar fielmente. La constancia en el bien es un signo de madurez espiritual: dejar que Dios conserve su obra en nosotros.

  • ¿Pido al Señor la gracia de la perseverancia en el bien?

  • ¿Reconozco que mis buenas obras son sostenidas por su Espíritu?

3. Oración personal

Señor de toda bondad,
tú conoces mi fragilidad y mis deseos de bien.
Precede mis pasos con tu gracia,
acompaña mis obras con tu presencia
y sostén mi corazón en la perseverancia.
Que nunca me aparte de tu amor,
y que todo lo que haga sea movido por tu Espíritu.
Amén.

4. Contemplación

Imaginemos un peregrino en camino. Antes de él, un rayo de luz que señala la senda; junto a él, un compañero fiel que lo anima; detrás, una mano que lo sostiene cuando tropieza.
Así actúa la gracia: precede, acompaña y sostiene. No hay momento en que Dios no esté presente.
En el silencio, dejemos que esta imagen nos hable. Miremos nuestro propio camino y descubramos cómo la gracia de Dios nos ha guiado en cada etapa, incluso en aquellas donde creímos avanzar solos.
Contemplar la gracia es reconocer una historia de amor que nunca se interrumpe.

5. Compromiso

  • Repetir durante el día: “Señor, que tu gracia me preceda, me acompañe y me sostenga.”

  • Ofrecer un momento concreto a Dios antes de comenzar cada tarea, pidiendo su ayuda.

  • Perseverar en una obra buena ya iniciada (una reconciliación, un servicio, una práctica espiritual), confiando en la gracia más que en la fuerza personal.

  • Agradecer al final del día los signos de la presencia de Dios que han acompañado el propio caminar.

Oración final

Te pedimos, Señor,
que tu gracia nos preceda y acompañe,
y nos sostenga continuamente en las buenas obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo,
Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

Comentarios

Entradas populares de este blog

2 Orar con la liturgia de Adviento - La oración colecta del 18 de diciembre

Indulgencia plenaria en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesus

Orar con la liturgia: Oración Colecta Santísimo nombre de Jesús