Decenario al Espíritu Santo: décimo día
Decenario al Espíritu Santo: Décimo día Oración inicial ¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, dime que debo hacer, ordéname. Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad. Meditación Trabajemos bajo la dirección del Espíritu Santo, bajo el esplendor de su luz, bajo el calor de su amor; trabajemos constantemente en prepararnos para la oración, en practicar santamente este ejercicio, y seamos constantes en él, para que, poco a poco, vayamos ascendiendo por esta escala luminosa, que nos llevará a la cumbre excelsa de la Luz divina. Los elementos de la oración, luz, amor y vida, tienen su Fuente perenne, inagotable y divina en el Espíritu Santo. En efecto, el Espíritu Santo es Fuente de Luz. En la secuencia de la Misa Pentecostés, le llama «Luz de los corazones». Jesucristo, en la última Cena, les dijo a sus Apóstoles que el E...