Una vida más eucarística: Conclusión. La Eucaristia, una identidad.

 Un vida más eucarística: Conclusión. La Eucaristia, una identidad.

Podríamos continuar con textos y textos sobre este tema, pero por ahora concluyo con esta última entrega. Hemos caminado descubriendo que para aprovecharla tenemos que ser conscientes y experimentar el hambre de la Eucaristía, que necesitamos de ella. Que la Eucaristía es agradecimiento y lugar donde aprender a agradecer. El tercer paso que la Eucaristía nos lleva y empuja al amor y a la caridad. Y por último nos conduce al perdón.

Los cristianos llevamos ya dos mil años celebrando este sacramento con gozo y gran fruto: somos convocados, escuchamos la Palabra y recibimos el alimento eucarístico de su Señor. Y en la celebración es donde de modo privilegiado somos reconstruidos y nos ayuda a mantenernos fieles en la fe.

San Juan Pablo II insistía en la importancia de la Eucaristía dominical :

"Debemos dar un realce particular a la Eucaristía dominical y al domingo mismo...: es un deber irrenunciable, que se ha de vivir no sólo para cumplir un precepto, sino como necesidad de una vida cristiana verdaderamente consciente y coherente. Estamos entrando en un milenio que se presenta caracterizado por un profundo entramado de culturas y religiones incluso en países de antigua cristianización. Esto nos pone ante el reto de testimoniar con mayor fuerza, a menudo en condiciones de soledad y dificultad, los aspectos específicos de la propia identidad... La Eucaristía dominical, congregando semanalmente a los cristianos como familia de Dios, en tomo a la mesa de la Palabra y del Pan de vida, es también el antídoto más natural contra la dispersión..." (NMI 35-36).

La Eucaristía no es sólo un precepto. Ni sólo un momento de religiosidad que puede darnos paz y sosiego interior. Es tan importante lo que comporta, que la conciencia de su obligatoriedad para un cristiano le nace de dentro. Así lo entendió la comunidad cristiana desde el principio. En la carta a los Hebreos (Hb 10,24) ya se avisaba de que no faltar a la reunión dominical, como algunos ya tenían costumbre de hacer...



La Eucaristía dominical nos ayuda en nuestro camino cristiano.

El año 304, en Abitene, en el norte de África, los cristianos sufrieron una dura persecución, la de Diocleciano. Un juez recriminó a Emérito, el duelo de la casa y este contestó con una frase lapidaria que se ha hecho famosa: "sine dominico non possumus", nosotros, sin el domingo (sin Lo que celebramos el domingo, la Eucaristía) no podemos.

¿Cómo hubieran podido aquellas familias cristianas conservar su fe y su identidad de seguidores de Cristo Jesús, en medio de una sociedad pagana y además perseguidos, si no hubiera sido porque cada domingo se reunían, animándose unos a otros, y escuchaban la Palabra de Dios, y celebraban la Eucaristía?

Podemos afirmar que en las circunstancias actuales, en medio de una sociedad secularizada, una familia, o una comunidad, o un joven cristiano, no podrán mantener su fe y su identidad si no son fieles a este encuentro semanal con la comunidad y con el Señor, con su Palabra, con su Alimento de vida eterna. Si en el siglo IV era necesaria la celebración de la Eucaristía para los cristianos del Norte de África, igualmente lo es ahora para todos los cristianos.

Por último, un tema que surgió bastante en la encuesta son los sacramentos e internet o los medios de comunicación, aquí un artículo sencillo de leer sobre el tema: También por último recomiendo este artículo sobre la misa e internet: https://nuestra-voz.org/virtualidad-subsidiaria-realidad-iglesia/

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Por último te invito en los comentarios de este post que escribas si quieres si tienes preguntas sobre la misa o algún comentario sobre el camino realizado, dejando tu correo electrónico para que te responda.


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