49. Orar con la liturgia: oración colecta del XVI Domingo del Tiempo Ordinario
oración colecta del XVI Domingo del Tiempo Ordinario
Introducción
La oración colecta de este domingo nos invita a reflexionar sobre la gracia abundante que Dios derrama sobre sus siervos. El Señor, en su infinita compasión, nos ofrece los dones necesarios para vivir una vida cristiana plena. Estos dones nos permiten crecer en fe, esperanza y caridad, tres virtudes que nos fortalecen para perseverar en el camino de Dios. El Señor nos llama a ser atentos a sus mandatos, a vivir con una observancia fiel de su voluntad.
1. Invocación inicial
Señor, te pedimos que nos muestres tu compasión y nos otorgues los dones que necesitamos para caminar en tu luz. Ayúdanos a crecer en fe, esperanza y caridad para seguirte con un corazón fiel. Amén.
2. Escucha y meditación de la oración colecta
“Muéstrate propicio con tus siervos, Señor…”
Con estas palabras comenzamos nuestra oración, pidiendo a Dios que se muestre propicio, es decir, favorable a nosotros. Esta petición refleja nuestra dependencia total de la bondad divina. No podemos avanzar en nuestra vida cristiana sin la gracia de Dios. Esta gracia no es solo un favor inmerecido, sino la fuerza que nos permite vivir según su voluntad, especialmente en un mundo lleno de dificultades y pruebas.
- ¿Reconozco que todo lo bueno que tengo proviene de la gracia de Dios?
- ¿Estoy abierto a recibir esa gracia que me transforma y me lleva a vivir conforme a la voluntad divina?
“Y multiplica compasivo los dones de tu gracia sobre ellos…”
Dios no solo nos da su gracia, sino que la multiplica, la derrama abundantemente sobre nosotros. En esta parte de la oración, reconocemos que no somos autosuficientes en nuestra vida cristiana. Necesitamos que la gracia de Dios nos inunde constantemente para poder ser fieles a su llamado. Esta gracia se manifiesta en diferentes dones, como la fe, la esperanza y la caridad, que nos fortalecen en nuestro camino hacia Él.
- ¿Cómo experimento la gracia de Dios en mi vida diaria?
- ¿Estoy dispuesto a dejar que esa gracia transforme mi corazón y mi vida?
“Para que, encendidos de fe, esperanza y caridad…”
Estos tres dones – fe, esperanza y caridad – son el fundamento de la vida cristiana. La fe nos permite creer en lo que no vemos, la esperanza nos mantiene firmes en la promesa de la salvación, y la caridad es el amor que nos lleva a servir a Dios y a los demás. Al recibir estos dones, nuestro corazón se enciende, se llena de ardor por seguir a Cristo y por vivir de acuerdo con su Evangelio. Estos dones son vitales para la perseverancia en la fe, ya que nos dan la fortaleza para superar los desafíos y las pruebas de la vida.
- ¿Cómo vivo cada día estas tres virtudes en mi vida?
- ¿Qué áreas de mi vida necesitan más fe, esperanza o caridad?
“Perseveren siempre, con observancia atenta, en tus mandatos.”
La perseverancia es clave en la vida cristiana. No basta con encendernos de fe, esperanza y caridad; también debemos mantenernos firmes y atentos a los mandatos de Dios. La observancia atenta implica un compromiso diario con la voluntad de Dios, que se refleja en nuestras acciones, pensamientos y decisiones. Este camino de perseverancia nos lleva a una vida coherente con el Evangelio, donde buscamos vivir con fidelidad todo lo que el Señor nos enseña.
- ¿Cómo puedo perseverar con más atención a los mandatos de Dios en mi vida cotidiana?
- ¿Hay algún aspecto de mi vida que necesite más dedicación y fidelidad a los mandatos divinos?
3. Oración personal
Señor, te pido que me muestres tu compasión y multipliques los dones de tu gracia en mi vida. Que mi fe, esperanza y caridad se enciendan con más fervor para seguirte con un corazón fiel. Ayúdame a perseverar siempre, con observancia atenta, en tus mandatos, para vivir según tu voluntad. Amén.
4. Contemplación
Imaginemos cómo la gracia de Dios nos rodea como una luz brillante. Esa luz enciende nuestro corazón, llenándonos de fe, esperanza y caridad. Al mirar a Cristo, vemos cómo Él, lleno de gracia, nos invita a vivir con perseverancia en su camino. A medida que lo seguimos, experimentamos la paz que proviene de vivir conforme a su voluntad, y sentimos el ardor en el corazón por cumplir sus mandamientos. Como discípulos, nos mantenemos firmes, observando atentamente los pasos de Jesús.
5. Compromiso
- Abrirme cada día a la gracia de Dios, permitiendo que transforme mi vida y me fortalezca en mi fe, esperanza y caridad.
- Perseverar en el camino del Señor, observando atentamente sus mandatos y viviendo con coherencia el Evangelio.
- Ser un testigo de la fe, esperanza y caridad en mi entorno, sirviendo a los demás con amor y generosidad.
- Buscar vivir cada día con un corazón encendido por la gracia de Dios, comprometido con su voluntad.
Oración final
Muéstrate propicio con tus siervos, Señor, y multiplica compasivo los dones de tu gracia sobre ellos, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren siempre, con observancia atenta, en tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.
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