32. Orar con la liturgia: Oración colecta III Domingo de cuaresma
1. Invocación inicial
Entramos en la presencia de Dios con humildad, reconociendo nuestra necesidad de su misericordia:
"Señor, en este tiempo de Cuaresma, venimos ante ti con un corazón sincero, deseando que tu misericordia nos transforme y nos levante. Ayúdanos a vivir el ayuno, la oración y la limosna como medios para acercarnos más a Ti."
2. Escucha y meditación de la oración colecta
Leamos con calma y atención la oración colecta:
Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad,
que aceptas el ayuno, la oración y la limosna
como remedio de nuestros pecados,
mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez
y levanta con tu misericordia
a los que nos sentimos abatidos por nuestra conciencia.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Puntos para reflexionar:
-
"Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad"
Este inicio nos recuerda que Dios es la fuente de toda bondad y misericordia. Reflexiona: ¿Qué significa para ti que Dios sea "autor de toda misericordia"? ¿Cómo has experimentado su misericordia en tu vida? -
"Que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados"
En la Cuaresma, el ayuno, la oración y la limosna son actos que nos ayudan a purificarnos. Reflexiona: ¿Cómo estás viviendo estos tres pilares de la Cuaresma? ¿De qué manera te están ayudando a acercarte a Dios y a sanar tu interior? -
"Mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez"
Al reconocer nuestra debilidad y pequeñez, nos acercamos a Dios con humildad. Pregúntate: ¿Qué significa para ti reconocer tu propia pequeñez? ¿Cómo te hace sentir esa humildad frente a la grandeza de Dios? -
"Levanta con tu misericordia a los que nos sentimos abatidos por nuestra conciencia"
La conciencia de nuestros pecados puede hacernos sentir abatidos, pero la misericordia de Dios siempre tiene el poder de levantarnos. Reflexiona: ¿Te sientes alguna vez abatido por la culpa o por tus fallos? ¿Cómo puedes abrirte a la misericordia de Dios para que te levante y te renueve?
3. Oración personal
Ora de manera personal, inspirándote en las palabras de esta oración colecta:
- Reconocimiento y gratitud: "Gracias, Señor, por tu infinita misericordia y bondad, que siempre estás dispuesto a perdonarnos y levantarnos."
- Petición de gracia: "Te pido, Señor, que mis actos de ayuno, oración y limosna sean verdaderos remedios para mi corazón, purificándome y acercándome a Ti."
- Confianza en la misericordia de Dios: "Reconozco mi pequeñez, Señor, y confío en tu inmensa misericordia. Levántame de mis caídas y sana mi conciencia."
4. Contemplación
Imagina que estás ante Jesús, quien te mira con amor y compasión, dispuesto a levantarte de tus caídas. Él te invita a entregarle tu conciencia cargada y te asegura:
"Mi misericordia es más grande que tus debilidades. Ven, te levantaré y te sanaré."
Permanece en esta presencia, sintiendo cómo la misericordia de Jesús te envuelve y te da nueva fuerza.
5. Compromiso
Para vivir esta oración de manera práctica:
- Examina tu vida y busca áreas en las que puedas intensificar tu práctica de ayuno, oración y limosna como caminos de purificación.
- Si te sientes abatido por la culpa o por tus fallos, acércate a Dios con confianza, pidiendo su misericordia y renovación.
- Recuerda que Dios siempre está dispuesto a levantarte, incluso cuando te sientes más débil. Abre tu corazón a su amor y perdón.
Concluyamos con esta oración colecta, renovando nuestra confianza en la misericordia de Dios:
"Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad, que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez y levanta con tu misericordia a los que nos sentimos abatidos por nuestra conciencia. Amén."
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