Dilexit nos, una lectura
“Dilexit nos” — Amor humano y divino del Corazón de Cristo
Encíclica del Papa Francisco (24 de octubre de 2024)
«Nos amó primero.»
— Papa Francisco, Dilexit nos, n. 1
1. Introducción: “Nos amó”
El Papa comienza citando san Pablo: «Nos amó» (Rm 8,37-39), y recuerda que Jesús dijo: «Los he amado» (Jn 15,9 y 15,12). El amor de Cristo precede siempre cualquier obra nuestra.
Con esta afirmación, Francisco invita a redescubrir la relación de amistad con Jesús, basada en un corazón que no exige condiciones previas.
2. La importancia del corazón
La palabra “corazón” representa el centro íntimo ‒lo humano y lo espiritual‒ donde se fraguan los afectos, decisiones y las verdaderas intenciones.
En un mundo que corre, que valora lo superficial, la encíclica propone: volver al corazón como centro integrador de la vida humana.
3. Gestos y palabras de amor
Cristo no sólo enseña con discursos: su manera de actuar lo revela. Se acerca, toca, escucha, perdona, acompaña.
Ejemplos: Jesús conversando con la samaritana (Jn 4), perdonando a la adúltera (Jn 8), preguntando al ciego “¿Qué quieres que haga por ti?” (Mc 10).
Estos gestos muestran que Dios no es lejanía, sino proximidad, ternura, compasión.
4. El corazón que mira, que ama, que escucha
Jesús “miró con amor” al rico (Mc 10,21), presta atención a cada persona, nota los pequeños gestos de generosidad.
Su mirada no es fría, es íntima, alerta, capaz de descubrir lo que llevamos en lo profundo. Nos recuerda que no somos invisibles ante Dios.
5. Palabras que transforman
Jesús no rehúye emociones: su lenguaje humano comunica compasión, llanto, esperanza. (Lc 19,41; Jn 11,35; Mc 14,34).
El diálogo con Él no es meramente intelectual: es intercambio de corazones. Dios llama al nuestro para habitar allí.
6. El Corazón de Cristo como devoción viva
La devoción al Corazón no es culto a un órgano, sino al mismo Cristo en su humanidad divina. Su corazón destaca como símbolo privilegiado del amor infinito que lleva.
La Iglesia lo invita a adorarlo porque en él convergen el amor sensible, humano y divino: el Corazón de Jesús nos revela que amar es entregarse, es fuente de vida.
7. Consecuencias para la vida cristiana
Lo que sentimos, pensamos y hacemos debe pasar por el corazón. No basta con cumplir normas: la conversión empieza en lo íntimo.
Las comunidades que siguen este camino pueden unir inteligencia, voluntad y sentimientos en verdad, justicia y fraternidad.
El mundo herido —con guerras, injusticias, indiferencia— necesita corazones abiertos que se movilicen desde el amor.
8. Conclusión: Amados para amar
*Dilexit nos* nos recuerda que antes de amar, hemos sido amados. El corazón de Cristo nos precede, nos espera, nos transforma. :contentReference[oaicite:16]{index=16}
Vivir en amistad con Él es aprender a amar con ternura, a escuchar sin prisa, a actuar con compasión. Que el Corazón de Cristo sea para nosotros ese hogar donde renovemos nuestra identidad y nuestro amor.
“Todas nuestras acciones deberán ponerse bajo el dominio del corazón: inteligencia, voluntad y afectos unidos en el amor.”
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