LA CELEBRACIÓN ANUAL DE LA PASCUA DEL SEÑOR
LA CELEBRACIÓN ANUAL DE LA PASCUA DEL SEÑOR
Introducción
La celebración de la Pascua es el centro de la fe y de la vida de la Iglesia y de los que nos gloriamos de ser cristianos. Es la raíz del año litúrgico. La Pascua del Señor, -paso del Señor- conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y la entrega del Espíritu Santo. Lo celebramos con un solemne Triduo Pascual que continúan con 50 días como prolongación que culmina con Pentecostés.
Semana Santa
El Triduo Pascual se enmarca dentro de la Semana Santa, en la que encontramos las siguientes celebraciones que se están insertadas en la gran semana:
- El Domingo de Pasión o de Ramos, que conmemoramos la entrada de Cristo en Jerusalén con la procesión de los ramos y nos orienta a la celebración de la pasión del Señor en el Evangelio.
- La Misa Crismal: tiene un carácter sacerdotal, en la que se proclama al Mesías consagrado por el Espíritu sobre el reinado de los sacerdotes por Cristo que es Alfa y Omega y el contenido esencial de su misión. En esta celebración se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos y se consagra el santo Crisma. En esta celebración los sacerdotes renuevan las promesas de fidelidad a su vocación y ministerio. En nuestra diócesis se celebra el martes santo a las 12h en la Catedral.
- Lunes, martes y miércoles santos: mantienen el carácter de la Cuaresma poniendo como centro a Cristo como siervo sufriente.
Jueves Santo: La Cena del Señor
Con la celebración del misterio del Cenáculo comienza el Triduo Pascual, mirando a la cruz y la resurrección. Jesús anticipa su entrega en perspectiva de victoria. La Iglesia cumple el memorial de este misterio con la proclamación de las palabras de Jesús, de sus gestos, la celebración eucarística y permaneciendo en adoración de su presencia eucarística.
Viernes santo: celebración de la Pasión del Señor.
Celebramos la muerte del Señor. La estructura de la celebración la podemos resumir en: Pasión proclamada: liturgia de la palabra; Pasión invocada: oraciones solemnes, suplicando al Señor; Pasión venerada: adoración de la Cruz; Pasión comunicada: comunión eucarística.
La Vigilia Pascual
Después de un día de silencio, de oración y de ayuno, nos disponemos a celebrar la Pascua, la Resurrección del Señor. La Vigilia Pascual es la Pascua del Señor y la Pascua de la Iglesia, origen y raíz de todo el año litúrgico.
Esta celebración se realiza en el corazón de la noche y tiene una estructura muy rica, con un gran simbolismo y una gran Pascua:
Pascua cósmica: El lucernario. Una liturgia del fuego y de la luz que es el paso de las tinieblas a la luz y la alegría del universo, proclamando a Cristo como Luz del mundo. Seguido del gozoso canto del Pregón Pascual.
Pascua de la historia: La liturgia de la Palabra. Proclamada a la luz del cirio pascual, hace revivir la progresiva historia de la salvación y el cumplimiento de las promesas de Dios desde la creación del mundo, como un designio del amor del Padre que se realiza en Cristo.
Pascua de los neófitos: Ritos bautismales. Es la pascua de la Iglesia, la experiencia de los brotes nuevos en la nueva primavera del cuerpo de la Iglesia, el ingreso en el misterio por parte de los bautizados y la renovación de los que ya son hijos de Dios.
Pascua de los fieles: Liturgia eucarística. Es la pascua perenne, que no pasa, el encuentro sacramental con la vida nueva en el Resucitado.
Domingo de Resurrección y la octava de Pascua.
El gran anuncio de la Resurrección resuena durante el Domingo de Resurrección y durante toda la semana que se une como si un día se tratase. Y que se prolonga durante la cincuentena Pascual.
La octava de pascua concluye con las vísperas bautismales a las que participan los
Comentarios
Publicar un comentario