Invocaciones al Espíritu Santo
Invocar al Espíritu Santo es algo importante para el cristiano, es Aquél que nos ayuda a entrar en la intimidad de Dios, que nos guía a la verdad plena, es el Espíritu del Amor.
Aquí os propongo alguna oración al Espíritu Santo:
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido.
Luz que penetras las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo.
Tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego.
Gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del alma
si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo.
Lava las manchas.
Infunde calor de vida en el hielo.
Doma el espíritu indómito.
Guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito.
Salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Aquí os propongo alguna oración al Espíritu Santo:
- La Secuencia de Pentecostés
- La oración al Espíritu Creador que rezaba San Juan Pablo II.
- La oración al Espíritu Santo del Cardenal Verdier.
Secuencia de Pentecostés
Ven Espíritu divino,manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido.
Luz que penetras las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo.
Tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego.
Gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del alma
si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo.
Lava las manchas.
Infunde calor de vida en el hielo.
Doma el espíritu indómito.
Guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito.
Salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Oración que rezaba san Juan Pablo II
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fíeles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios
los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne,
aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección,
evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti,
Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos.
Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza
para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.
visita las almas de tus fíeles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios
los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne,
aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección,
evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti,
Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos.
Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO. Cardenal Verdier
Oh Espíritu Santo,Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza
para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.
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