Bendición Urbi et OrbrViernes 27 de Marzo (traducción en Español)

Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia
Bendición Urbi et Orbi


El Santo Padre: 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 
R. Amén.

Oración

El Santo Padre: 

Oremos.

Dios todopoderoso y misericordioso, 
mira nuestra condición dolorosa: 
consuela a tus hijos 
y abre nuestros corazones a la esperanza, 
para que sintamos en medio de nosotros 
tu presencia de Padre.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, 
que es Dios, y vive y reina contigo, 
en la unidad del Espíritu Santo, 
por los siglos de los siglos. 

R. Amén.

Evangelio

El Lector: 

Escuchamos la Palabra del Señor del Evangelio según Marcos (Mc 4, 35-41)

Aquel día, al atardecer, les dice Jesús: «Vamos a la otra orilla». Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. 

Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. 

Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». 

Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!». 

El viento cesó y vino una gran calma. 

Él les dijo: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Se llenaron de miedo y se decían unos a otros: «¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!».

Meditación del Santo Padre.

Oración ante la “Salus Populi Romani” 

(imagen de la Virgen y el Niño, que se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma) se canta "Sub tuum praesidium"

Sub tuum præsídium confúgimus, Sancta Dei Génetrix:
nostras deprecatiónes ne despícias in necessitátibus,
sed a perículis cunctis líbera nos semper,
Virgo gloriósa et benedícta.

En español:

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos siempre de todos los peligros,
oh Virgen gloriosa y bendita.

Oración ante el Crucifijo de San Marcelo (antífona a la Cruz).

Es el Crucifijo milagroso que salvó a Roma de la peste del siglo XVI, venerado por el Papa Francisco el pasado 15 de marzo, y que se encuentra en la Iglesia de San Marcello en Corso

Exposición, adoración y bendición Eucarística

Adoración del Santísimo Sacramento (cantando "Adoro Te devote"). 

Latín

(más abajo en español)

Adoro te devote, 
latens Deitas, 
Quae sub his figuris vere latitas:
Tibi se cor meum totum subiicit, 
Quia te contemplans totum deficit. 
Visus, tactus, gustus in te fallitur, 
Sed auditu solo tuto creditur. 

Credo quidquid dixit Dei Filius: 
Nil hoc verbo Veritatis verius. 

In cruce latebat sola Deitas, 
At hic latet simul et humanitas; 
Ambo tamen credens atque confitens,
 peto quod petivit latro paenitens. 

Plagas, sicut Thomas, 
non intueor;
Deum tamen meum te confiteor. 

Fac me tibi semper magis credere, 
In te spem habere, 
te diligere. 

O memoriale mortis Domini! 
Panis vivus, vitam praestans homini! 
Praesta meae menti de te vivere 
Et te illi semper dulce sapere. 

Pie pellicane,
 Iesu Domine, 
Me immundum munda tuo sanguine. 

Cuius una stilla salvum facere 
Totum mundum quit ab omni scelere.
Iesu, quem velatum nunc aspicio, 
Oro fiat illud quod tam sitio; 
Ut te revelata cernens facie, 
Visu sim beatus tuae gloriae. 

Amen 

En español:

Te adoro con devoción, 
Dios escondido, 
oculto verdaderamente bajo estas apariencias. 

A Ti se somete mi corazón por completo, 
y se rinde totalmente al contemplarte. 

Al juzgar de Ti, 
se equivocan la vista, 
el tacto, el gusto; 
pero basta el oído para creer con firmeza; 

Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: 
nada es más verdadero 
que esta Palabra de verdad. 

En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, 
pero aquí se esconde también la Humanidad;
sin embargo, creo y confieso ambas cosas,
y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. 

No veo las llagas como las vio Tomás, 
pero confieso que eres mi Dios: 
haz que yo crea más y más en Ti, 
que en Ti espere y que te ame. 

¡Memorial de la muerte del Señor! 
Pan vivo que das vida al hombre: 
concede a mi alma que de Ti viva
y que siempre saboree tu dulzura. 

Señor Jesús, Pelícano bueno, 
límpiame a mí, inmundo, 
con tu Sangre, 
de la que una sola gota 
puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. 

Jesús, a quien ahora veo oculto, 
te ruego, que se cumpla lo que tanto ansío 
que al mirar tu rostro cara a cara: 
sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.

Súplica litáica

TE ADORAMOS, OH SEÑOR.

Respondemos a cada invocación: Te adoramos, oh Señor.

Verdadero Dios y verdadero hombre, realmente presente en este Santo Sacramento.
Te adoramos, oh Señor.

Nuestro Salvador, Dios-con-nosotros, fiel y rico en misericordia.
Te adoramos, oh Señor.

Rey y Señor de la creación y la historia.
Te adoramos, oh Señor.

Vencedor del pecado y la Muerte.
Te adoramos, oh Señor.

Amigo del hombre, resucitado y vivo a la derecha del Padre.
Te adoramos, oh Señor.

CREEMOS EN TI, OH SEÑOR.

Respondemos a cada invocación: Creemos en ti oh Señor.

Hijo unigénito del Padre, que has descendido del Cielo para nuestra salvación.
Creemos en ti, oh Señor.

Médico Celestial, que te inclinas ante nuestra miseria.
Creemos en ti, oh Señor.

Cordero inmolado, que te ofreces para rescatarnos del mal.
Creemos en ti, oh Señor.

Buen Pastor, que das la vida por el rebaño que amas.
Creemos en ti, oh Señor.

Pan vivo y medicina de inmortalidad, que nos da la vida eterna.
Creemos en ti, oh Señor.

LÍBRANOS, SEÑOR

Respondemos a cada invocación: Líbranos, Señor.

Del poder de Satanás y las seducciones del mundo.
Líbranos, Señor.

Del orgullo y la presunción de poder prescindir de ti.
Líbranos, Señor.

De los engaños del miedo y la angustia.
Líbranos, Señor.

De la incredulidad y la desesperación.
Líbranos, Señor.

De la dureza del corazón y de la incapacidad de amar.
Líbranos, Señor.

SÁLVANOS, OH SEÑOR

Respondemos a cada invocación: Sálvanos, Oh Señor.

De todos los males que afligen a la humanidad.
Sálvanos, Oh Señor.

Del hambre, la carencia y el egoísmo.
Sálvanos, Oh Señor.

De las enfermedades, de las epidemias y el miedo al hermano.
Sálvanos, Oh Señor.

De la locura devastadora, los intereses despiadados y la violencia.
Sálvanos, Oh Señor.

De los engaños y la información malintencionada y de la manipulación de las conciencias.
Sálvanos, Oh Señor.

CONSUÉLANOS, OH SEÑOR

Respondemos a cada invocación: Consuélanos, oh Señor.

Mira a tu Iglesia, que cruza el desierto.
Consuélanos, oh Señor.

Mira la humanidad, aterrorizada por el miedo y la angustia.
Consuélanos, oh Señor.

Mira a los enfermos y moribundos, oprimidos por la soledad.
Consuélanos, oh Señor.

Mira a los médicos y trabajadores de la salud, agotados por la fatiga.
Consuélanos, oh Señor.

Mira a los políticos y administradores, que soportan el peso de las decisiones.
Consuélanos, oh Señor.

DANOS TU ESPÍRITU, OH SEÑOR

Respondemos a cada invocación: Danos tu Espíritu, oh Señor.

En la hora de la prueba y el desconcierto.
Danos tu Espíritu, Señor.

En la tentación y la fragilidad.
Danos tu Espíritu, Señor.

En la lucha contra el mal y el pecado.
Danos tu Espíritu, Señor.

En la búsqueda del verdadero bien y la verdadera gloria.
Danos tu Espíritu, Señor.

En la decisión de permanecer en Ti y en tu amistad.
Danos tu Espíritu, Señor.

ÁBRENOS A LA ESPERANZA, OH SEÑOR.

Respondemos a cada invocación: Ábrenos a la esperanza, oh Señor.

Si el pecado nos oprime.
Ábrenos a la esperanza, oh Señor.

Si el odio cierra nuestro corazón.
Ábrenos a la esperanza, oh Señor.

Si el dolor nos visita.
Ábrenos a la esperanza, oh Señor.

Si la indiferencia nos angustia.
Ábrenos a la esperanza, oh Señor.

Si la muerte nos aniquila.
Ábrenos a la esperanza, oh Señor.

Oración

El Santo Padre: 

Oremos.
Señor Jesucristo, 
que en el admirable sacramento de la Eucaristía 
nos has dejado el memorial de tu Pascua, 
haz que adoremos con fe viva 
el santo misterio de tu Cuerpo y de tu Sangre, 
para experimentar siempre en nosotros 
los frutos de la redención. 

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. 
R/. Amen.

Bendición Urbi et orbi


El Cardenal Angelo Comastri, Archiprete de la Basílica de San Pedro, anuncia la bendición "urbi et orbi", con indulgencia plenaria adjunta por una monición especial:

El Santo Padre Franciso,
a todos aquellos que reciben
la bendición eucarística
a través de la radio, la televisión y otras tecnologías de la comunicación,
concede la indulgencia plenaria en la forma establecida por la Iglesia.

El Santo Padre da la bendición con el Santísimo Sacramento.

Aclamaciones

Bendito sea Dios.
Bendito sea Dios.

Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea su santo nombre.

Bendito sea Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre
Bendito sea Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre

Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea el nombre de Jesús.

Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendita sea su preciosísima Sangre
Bendita sea su preciosísima Sangre

Bendito sea Jesús en el santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea Jesús en el santísimo Sacramento del altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.

Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.

Bendito sea el nombre de María, virgen y madre.
Bendito sea el nombre de María, virgen y madre.

Bendito sea san José, su castísimo esposo.
Bendito sea san José, su castísimo esposo.

Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

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